22 noviembre 2008

LA VIDA ES BELLA


Pero hay tanto estúpido, caradura, violento, sinvergüenza, déspota, aprovechado, inculto, torpe, mentiroso, despreocupado, abusador, listillo, tramposo, maleducado, embaucador, chiflado, mamón, inepto, capullo, chorizo, envidioso, colgao, petimetre, cazurro, poseso, manazas, torturador, desequilibrado, mojigato, indeciso, manirroto, pelota, demagogo, moroso, cachazudo, pinchaúvas, zoquete, pseudoexperto, malhumorado, bobalicón, gafe, pirata, malintencionado, soplagaitas, pérfido, sacrílego, hortera, cabezahueca, pazguato, pedorro, fracasado, cabezón, latoso, desaborido, mastuerzo, salido, maníaco, pusilánime, sádico, indecente, depresivo, idólatra, difamador, machista, ordinario, puritano, haragán, endiosado, pijo, fingidor, latoso, vicioso, jefecillo, encorsetado, gilipollas, malediciente, ocioso, malandrín, incoherente, impresentable, pelagatos, chantajista, aburrido, temerario, plasta, sabihondo, zopenco, ñoño, gamberro, pacato, irrespetuoso, ostentador, lameculos, …y sus homónimos de género femenino…
que no dejan que sea todo lo perfecta, segura, interesante, divertida, excitante, agradable, plácida, sublime, encantadora, apasionante, dulce, tentadora, acojonante, exuberante, enriquecedora, alocada, flipante, fluida, etc. que debería ser.
(Foto: playa de Formentor, Mallorca)

COÑOS Y ENSALADAS


¡Pero si todos tienen lo mismo! Solía decirme mi ex mujer ¿Para qué queréis probar tanto? Se refería a todos los hombres en general, aunque sabiendo que yo siempre le fui fiel (no sin ganas de no serlo de vez en cuando), a mí me excluía de la lista de adúlteros. Es como decir que todas las ensaladas tienen verdura… Los coños son como las ensaladas: casi todas tienen verdura y casi todas están riquísimas. A partir de ahí todo ya va por gustos y en función de la sazón que cada una le ponga o la salsa que a cada uno le apetezca.
Y no queda ahí la ‘cosa’, si damos un repaso a la panoplia de colores, texturas, aromas y otras peculiaridades, la degustación no acabaría nunca para un gourmet, por simple aficionado que fuera.
¿Acaso todos los penes, pollas, colitas, pistolas, pililas, nabos, herramientas, aparatos, churras, pichas… y cipotes son iguales?
El bufé está abierto.

By Porell Morrow

MA FI KÁHRABA? ¿NO HAY ELECTRICIDAD?


Líbano tiene, entre sus muchos problemas, dos que afectan a la vida de sus habitantes a diario, y que muchos años después de la trágica guerra civil (permítaseme el eufemismo redundante) nadie parece querer solucionar: las carreteras y la electricidad.

¿Qué es lo más importante? Ciertamente, el pésimo estado de la red viaria libanesa colea desde hace décadas, y ponerle remedio no es poco urgente, pues resulta cuando menos ridículo comparar el estado general de las carreteras de este ‘moderno’ país con el de las de otros países de su entorno como Siria, Jordania, etc.
Sin embargo se me antoja incomparablemente más acuciante el problema del abastecimiento y estabilidad del suministro eléctrico. Este es otro boyante y turbio negocio en este luminoso país.

Para el que lo desconozca, comentaré que en Líbano, dependiendo de las zonas o barrios, el fluido eléctrico no está garantizado, ni mucho menos, las 24 horas del día. Por el contrario, son cotidianos y conocidos los cortes de las 10, las 14 y las 16 horas (con asombrosa regularidad especialmente en verano), que mantienen a las áreas afectadas sin suministro de la compañía estatal ‘Electricité du Liban’ por espacio de tres o cuatro horas diarias.
Estas interrupciones van alternando el horario y la zona día a día, pero sin seguir una pauta conocida, aparentemente, de forma que el lunes puede haber corte a las 2 p.m. y reenganche a las 6 p.m., el martes interrupción a las 10 de la mañana y restablecimiento a las 2 de la tarde, y el miércoles desconexión a las 18 h. y no regresar la luz hasta las 22 h. esto sin contar otros cortes que de manera inopinada y sin horario alguno afectan muy negativamente a la actividad humana, ya sea doméstica o profesional.
Pero el quid de la cuestión está, precisamente, en esas horas ‘vacías’ de corriente, gracias a las cuales algunos listillos se ‘llenan’ los bolsillos robando legalmente a la mayor parte de la población.
Empresas, fábricas, oficinas, hospitales, inmuebles comerciales, edificios de viviendas, casas unifamiliares, conjuntos residenciales… barrios enteros, tienen en sus inmediaciones instalados motores auxiliares que proveen de electricidad a los usuarios conectados a esa red secundaria. Los que no están ‘afiliados’ simplemente no tienen luz.
Esos generadores funcionan con gasóleo, producto petrolífero prohibido para el consumo en automoción privada (solo empresas con vehículos a motor que usen ese carburante tienen acceso legal a él), y viene a salir la cuota mensual entre unas 5 y unas 12 veces el importe de un recibo ordinario de la compañía nacional. ¡Y ese exorbitante precio por la mitad o menos de la potencia contratada para la conexión principal!
Este abuso sin parangón, sumado a una inestabilidad manifiesta del sistema y a una fluctuación indecente de la tensión que hace más que recomendable, por no decir imprescindible, el uso de unidades acumuladoras y estabilizadoras de corriente (baterías UPS, APS, etc.), deja a los que controlan este lucrativo negocio en una situación ciertamente patética que poco parece importarles. Estos señores solo piensan en sus ganancias provenientes de las cuotas de conexión y de sus trapicheos en la instalación de los generadores y el suministro de combustible. Otro día hablaremos del negocio de las infraestructuras urbanas, de los presupuestos para la red viaria y otras lindezas.

Hoy pensé que era un corte más, con el que templar los nervios mientras el pitido de la UPS se extingue y el ordenador se interrumpe irremediablemente al no aguantar la batería de emergencia más de diez minutos. Pero no, esta tarde lo que ha fallado una hora y media ha sido el motor, y he escrito esto a la luz de una vela.

(Foto: UPS)
By Porell Morrow.

20 noviembre 2008

FAMOSOS, FAMOSILLOS Y FAMOSETES


En la foto: Bassam Feghali, transformista libanés

El llamado ‘famoseo’ no es un fenómeno sino una auténtica enfermedad.
Unos la sufren muy complacidos, sarna con gusto no pica. Otros, rehúsan reconocer en público su atracción o confesar su dependencia.
Los medios de comunicación, a menudo malévolos y demasiado frecuentemente sin escrúpulos, movidos cada vez más por el negocio, montado a costa de incautos ciudadanos e inocentes televidentes, son los causantes directos de esta epidemia repugnante. En especial la TV utiliza su escaparate encandilador, jugando con los espectadores, hurgando en sus miserias, poniendo los dientes largos a todo aquel insatisfecho que no se resigna a una vida sin destellos ni glamour y que ingresa en un mundo de ensueño a través de la pantalla.
La TV martiriza también a aquellos que, sintiéndose afortunados (razonablemente) sufren el constante bombardeo que pone en jaque su estabilidad emocional y económica, disparando su ansiedad en la búsqueda de lo último y lo más más. Poseer el nuevo modelo de móvil, un coche cada vez mejor y un cuerpo envidiable es el leit motiv de unas vidas a las que el problema del agua en Yemen, las matanzas en Sudán, la petroleorquía de la OPEP, el fenómeno mundial que es Cervantes, la sagrada regla (debería serlo) de las tres R, las contradicciones de la política internacional, la parcialidad de la Ley de Protección Intelectual, que protege solo a las ‘pobrecitas’ discográficas que sufren el pirateo de cedés mientras nadie se preocupa del uso generalizado e ilegal de material gráfico (especialmente fotográfico) y literario, las mujeres violadas de Liberia, las niñas de Rumanía, los huérfanos chinos, el problema palestino que podría llamarse ‘el problema israelí’, la infame Globalización… les trae el fresco.

Mucha pachanga bazofia y chim-pon chim-pon sin ton ni son es lo que prevalece. Niñatos que calientan a tiernas jovencitas y marujas en zapatillas y camiseta de Moschino embobadas están a la altura de chatis oscilantes para disfrute de babosos de todas las edades. Mucha teta es lo que vale. Basura y desvergüenza. ¿Una prueba? Ver programas varios en diferentes cadenas, revistas de todo pelaje, etc.
Escasa es, sin embargo, la lectura de calidad y la visita a museos y exposiciones. En cambio, los videojuegos, las telenovelas y el innombrable ‘deporte rey’ son los reyes del mambo en la vida familiar. Los niños con escoliosis cerebral, las féminas con estupidez crónica y señores embrutecidos ante las evoluciones de un balón de reglamento se pelean por el mando a distancia… y se distancian cada día más de una vida gratificante, solidaria, respetuosa y responsable.
Es la regla que se sigue propagando en el s. XXI: la ociosidad inútil, la incultura perenne y la falta galopante de educación y respeto hacia las personas y los valores más obvios.


By Porell Morrow