12 mayo 2008

OTRA VEZ (WEST) BEIRUT y 7

12 de mayo de 2008
Anoche vimos por la televisión al ejército libanés entrando en la población de Aley, y en imágenes de la cadena LBC podían apreciarse columnas de humo en puntos donde tenía lugar el combate entre drusos y chiíes.
En esa zona, y en general en toda la región montañosa del Chuf, predominan las poblaciones habitadas por drusos, chiíes y mixtas.
Resulta curioso saber que en diferentes zonas del país, dos comunidades muy distintas cohabitan o conviven en aparente armonía hasta que algo rompe la precaria estabilidad.
Aparte del caso citado, suelen darse también comunidades mixtas de drusos y cristianos, pero en ningún caso comparten espacio suníes y chiíes. Esto se aprecia de igual forma en vecindarios de la capital.

A pesar de que la TV emite su programación habitual y no continúan las imágenes de enfrentamientos de jornadas anteriores, decidimos acercarnos a la zona.
Aley está muy tranquilo y vacío. Las posiciones del ejército, en varios puntos, refuerzan la sensación de tensión que se vive. Son las 10 de la mañana y algunos comercios están abriendo, pero el ambiente dista mucho del acostumbrado. Detenemos el coche frente a una pastelería con la esperanza de obtener alguna información. Vamos calle abajo saboreando un knefe (dulce de queso que se sirve caliente, con un chorrito de jarabe) en busca de un café. Hay un grupo de drusos, todos ellos ataviados con su indumentaria característica, de negro, con sherual, el pantalón de pliegues colgando en la entrepierna y el casquete blanco de tela o ganchillo en la cabeza.

¿Qué dónde podemos tomar un café? Ahí mismo. Uno de ellos entra en su tienda y sale un segundo después con el café y unos taburetes de madera (los hay igualitos en Mallorca) para que nos sentemos en la acera.
Nos cuentan que ayer no pasó nada en la localidad, solo más al sur, por las montañas y en Chueifat. Creo que en Aaramún también.
Y nos hace gracia enterarnos de que a los de Hezbolá (Hezballah, Partido de Dios) los denominan Hezbalyitán (Partido del Demonio), aunque sabemos que los drusos han demostrado en el pasado no ser ningunos santos, y tienen un líder perfecto como ejemplo.
Desde el mirador de Aley, la vista sobre todo Beirut es espectacular. Hablo por teléfono con mi amigo Raffi. Está trabajando, y su novia Sara, una simpatiquísima española que trabaja para una ONG, también. Todo parece normal y la actividad, al menos por los barrios cristianos cercanos a Beirut, se desarrolla con aparente normalidad.

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